Un refugio muy especial
Pocos dehezinos saben de su existencia. El lugar se puso en marcha con un solo móvil: dar un hogar transitorio a perros de la calle, hasta lograr que alguien con los mismos buenos sentimientos de Paola Guillermero los tome en adopción. Ella tiene como uno de sus principales objetivos, el de darle cariño a cada ejemplar canino que se cruce por su vida. Por una razón muy simple: los ama...
¿Qué es «El Refugio» y cuánto hace que lo iniciaste? En realidad, es un proyecto que ni siquiera está en las condiciones que a mi me gustarían. Empezó por la problemática de los perros de la calle y como amo a los perros, empecé a traerlos a mi casa: a los que estaban enfermos, a perras a punto de tener crías, o con sus cachorros... Y por ver a personas que, sin piedad, paraban sus autos sobre la ruta (con lo peligrosa que es), especialmente en la zona del frigorífico, se bajaban y tiraban a perras con crías, con sus cachorritos encerrados en una bolsa... Por ver todas esas crueldades siempre sentí una gran impotencia, porque desde chiquita amé a los animales, pero especialmente a los perros. Empecé trayéndolos a mi casa, de a uno o dos. Siempre lo hice, pero me decidí a darles un espacio definitivo en mi patio, con caniles y el nombre de «El Refugio», desde hace unos 4 o 5 meses. Tengo 35 años y no recuerdo ninguna etapa de mi vida en la que no haya tenido por lo menos un perro. «El Refugio» es algo que puse en marcha sola, teniendo en custodia a perritos lastimados o abandonados; cuando tenían edad suficiente empezaba a averiguar entre mis familiares y amigos a quien podía interesarle hacerse cargo de ellos. Empezaron a salir bastante rápido, y me estimuló y entusiasmó mucho cuando empezaron las campañas de esterilización gratuita; es mucho más fácil para que las perras tiradas en la calle puedan ser castradas antes de ponerlas en adopción. Lamentablemente, y con todo el dolor del alma, si no consigo que alguien se haga cargo de esas hembras adultas abandonadas, debo devolverlas a la calle nuevamente, porque no tengo espacio ni recursos suficientes. La única per sona que me está ayudando es Cristina Stucky, con quien me encontré casualmente. Ahora se conoce un poco más lo que estoy haciendo y mucha gente me llama para avisarme, cuando cerca de su casa ve perros abandonados. Es mi voluntad socorrer a esos animalitos, pero no es solo mi responsabilidad. Es responsabilidad de toda la comunidad, porque lo que hago quizás no sea suficiente, pero es positivo para todos. A veces me reclaman porque llevo nuevamente a las perras al lugar donde fueron abandonadas, pero lo hacemos luego de esterilizarlas; me ocupo de todo lo necesario para eso, incluso el cuidado post operatorio. Anoche, por ejemplo, tenía dentro de mi casa a 2 de ellas, sobre unos colchoncitos, porque se están recuperando de la castración. Ahora estoy más práctica para hacerles todo lo necesario: aplicarles inyecciones, por ejemplo. ¡No se ponérselas a los humanos, pero sí a los perros! (Sonríe).
¿Cómo te las arreglás con la comida? Tengo 5 perros propios y cuando compro para ellos, también lo hago para los del refugio; aunque siempre me hace falta alimento. Por eso pido la colaboración de la gente que pueda ayudar, porque sola se me hace muy difícil mantenerlos.
¿Cómo traés a los perros? En mi vehículo (una camioneta), y corremos con todos los gastos: combustible, medicamentos, etc.
Muchas veces recibo la colaboración de los veterinarios locales, y lo agradezco, porque me dan algunos medicamentos que hacen falta. Además, canjeo viruta blanca de nuestra carpintería por alimento; lo hago con la veterinaria de Viviana Reynoso, que está sobre la ruta; todos me ayudan.
¿Qué promedio diario tenés, en cuanto a los perros del «El Refugio»? Unos 8, siempre; sin contar los míos. Y si vinieras mañana, verías que tengo 15, porque voy a traer a algunos más.
¿Cuál es el trámite que deben seguir quienes estén interesados en hacerse cargo de algunos de estos animalitos? En primer lugar, si se trata de una perra, tomamos los datos personales del interesado, para asegurarnos de que cuando esa perrita crezca, su propietario la haga castrar a través de la campaña gratuita, que la municipalidad continuará. En ese sentido, tratamos de concientizar a la gente. Con Cristina tuvimos oportunidad de escuchar algo que es un acto de gran ignorancia, por parte de algunas personas: «No la quiero más... Ahí la tenés... Llevátela con todos los perritos, porque ya me cansó. Cada 6 meses me tiene cría...». Sinceramente, no sé quien es más animal: si la perra o esa persona. Soy fanática del programa de Raúl Portal y estoy de acuerdo cuando dice: -Este raro nombre que nos han puesto, «seres humanos»-. Hoy en día no se sabe quien es más animal, porque ninguno de ellos es capaz de hacer las crueldades que hacemos los seres humanos. Por ahora me manejo con recursos mínimos... «El Refugio» es un proyecto que quisiera mejorar; pero no puedo, sola. Por ahora, únicamente Cristina está siempre dispuesta a ayudar; ella ve más lo que pasa en la calle, y después yo me encargo de ir con la camioneta a buscar a los perros, o a llevarlos a esterilizar. Nos complementamos.
Por si la fábrica de alimentos para mascotas o algun otro quisieran ayudar, ¿qué cantidades necesitás? Aproximadamente unos 2 kilos por día, serían suficientes; los cachorros no reciben la misma alimentación que los adultos. Y eso no es lo único que comen, porque con Cristina compramos arroz para perros, o polenta, y yo preparo cacerolas inmensas, agregándole caldos de carne o huesos. Mi tranquilidad es irme a dormir sabiendo cada día que los perros del refugio comieron. Los quiero como si fueran míos, y luego de darlos en adopción me aseguro de que estén bien cuidados, pasando a verlos bastante seguido. Y si no están bien cuidados los retiro y los traigo otra vez a mi casa. Siempre lo repito a quienes se los llevan: cuidarlos es una tarea importante, no son un juguete para los chicos, y no se debe dejarlos sueltos en la calle, o alimentarlos mal.
¿Cuántos perros pasaron ya por tus manos, desde que iniciaste «El Refugio»? Ya entregué 22; 3 de ellos, hembras castradas. Pero desde que vivo en este barrio (Polideportivo), hace ya unos 10 años... perdí la cuenta. Algo que quiero aclarar es que este lugar no está pensado como Guardería Canina; me encantaría hacerlo, pero por ahora no puedo, porque harían falta otras comodidades. Este lugar es un refugio para perros de la calle, y mi tarea es simple: yo recojo los perros que los demás tiran porque ya no los quieren. Hace poco me enteré que hay alguien que hace algo parecido a lo mío, pero que no pone a los perros en adopción, sino que se los queda y no puede atenderlos bien, porque son muchos. Me gustaría contactarme con esa persona, porque sería muy bueno que haya más gente dedicada a esto. Y un sueño mío sería que en Deheza se formara una Sociedad Protectora de Animales, para socorrer a todos los que lo necesiten, pero por el momento me gustaría contar con la gente del pueblo para que mi refugio perdure, en cuanto a las adopciones y la mantención. Cuando pensé en un refugio para perros de la calle dejé de lado el «preocuparme», y empecé a «ocuparme». Reitero mi agradecimiento a los médicos veterinarios locales por su apoyo en lo referente a la atención médica desinteresada de los animales. Y a la municipalidad, por haber apoyado esta gran campaña de esterilización que es un verdadero ejemplo.
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